En una sesión reciente, el Senado abordó un nuevo marco normativo para reconocer y regular el agotamiento profesional, denominado en adelante el fenómeno del burnout. El proyecto propuesto se centra en mejorar la protección adecuada para los empleados, ampliando así la legislación nacional vigente en materia de salud.
Según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el burnout es un síndrome asociado con el estrés crónico en el trabajo que no se ha manejado correctamente e incluye tres dimensiones principales:
- Agotamiento emocional: sensación de vacío y fatiga constante;
- Despersonalización: desarrollo de una actitud negativa o cínica hacia el trabajo y los colegas, acompañada de desapego emocional;
- Reducción del rendimiento: dificultades para cumplir con las tareas y mantener la productividad en el trabajo.
Las enmiendas a la Ley No. 319/2006 sobre la salud y seguridad en el trabajo buscan incluir una definición clara del burnout y establecer las obligaciones de los empleadores con respecto a este fenómeno. Entre las nuevas disposiciones se encuentra el acceso de los empleados a evaluaciones periódicas de salud mental realizadas por médicos de salud ocupacional para aquellos en riesgo de burnout. Además, las sesiones anuales de concienciación sobre los síntomas del burnout y las medidas de prevención serán obligatorias y financiadas por el empleador o el asegurador.
También se prevén soluciones y modificaciones en otros actos legislativos, incluida la Ley No. 346/2002 sobre seguros por accidentes laborales y enfermedades profesionales y la Ley No. 418/2004 sobre el estatus profesional específico de los médicos de salud ocupacional.
La propuesta actual tiene como objetivo gestionar de manera más efectiva el estrés crónico asociado con la actividad laboral. Además, los cambios propuestos para la Ley No. 346/2002 ofrecen beneficios esenciales para los empleados diagnosticados con burnout, permitiéndoles tomar licencia médica remunerada y recibir apoyo financiero durante el tratamiento. Si un empleado recibe un certificado médico que confirme el burnout, los primeros tres días de licencia serán cubiertos por el empleador, mientras que los costos a partir del cuarto día serán asumidos por el sistema de seguros por accidentes laborales y enfermedades profesionales, de acuerdo con las regulaciones existentes.
Las enmiendas propuestas a la Ley No. 418/2004 establecen que los médicos de salud ocupacional son responsables de diagnosticar y monitorear los casos de burnout. Deben colaborar para identificar y documentar los casos confirmados siguiendo la metodología aprobada por el Ministerio de Salud.
Según el nuevo marco, el burnout se integra en la categoría de riesgos cubiertos por los seguros de accidentes laborales y enfermedades profesionales mediante las enmiendas a los artículos 1 y 15 de la Ley No. 346/2002. Así, los empleados obtienen el derecho a indemnizaciones por incapacidad temporal para trabajar, acceso a tratamientos médicos y apoyo psicológico, con todos los costos cubiertos por el presupuesto de seguridad social.
Además, otras enmiendas introducidas en los artículos 39 y 40 de la Ley No. 346/2002 permiten la reducción de horas de trabajo o transferencias temporales de trabajo para los empleados afectados por el burnout, según las recomendaciones médicas. En estos casos, los empleados recibirán una compensación correspondiente por la pérdida de ingresos resultante de la reducción de horas o transferencia.
Un enfoque proactivo ante el agotamiento profesional enviaría una señal positiva sobre la importancia de la salud mental y el equilibrio entre la vida laboral y personal, fomentando una cultura organizacional basada en el cuidado y el apoyo a los empleados.
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Abogada Mihaela Murariu
